A menos de un mes de las elecciones generales del 30 de noviembre, el Consejo Nacional Electoral (CNE) enfrenta una crisis logística que preocupa a analistas y sectores civiles, ante la posibilidad de que las Fuerzas Armadas asuman el transporte del material electoral tras el fracaso del proceso de licitación.
La Compañía Aduanera y Naviera Unión Latin Cargo S.A. se retiró del proceso luego de no recibir respuesta a sus condiciones, que incluían un anticipo del 50%, garantías de veeduría social, ausencia de interferencia política y que la relación contractual fuera directamente con el CNE y no con las Fuerzas Armadas.
El retiro de la empresa deja el proceso en una «zona de alto riesgo», advirtieron analistas, ya que sin un proveedor confirmado crece la posibilidad de que el traslado del material quede en manos militares o del aparato estatal.
«Las Fuerzas Armadas no tienen toda la flota necesaria para mover el equipo electoral. Si se recurre a la flotilla del Estado, manejada por un partido político, la preocupación es mayor», señaló Juan Carlos Rodríguez, presidente de la Coalición Patriótica, al noticiero TN5 Estelar de Canal 5.
Gerardo Irías, presidente de la Confraternidad Evangélica, denunció presuntas maniobras políticas detrás del retiro. «Aquí hay mano peluda. Parece que se buscó interferir para impedir un servicio independiente», indicó, calificando las condiciones planteadas por la empresa como «justas», dada la desconfianza tras el caos en las elecciones primarias del 9 de marzo, cuando las maletas electorales circularon sin control por Tegucigalpa.
Por su parte, el candidato presidencial liberal Salvador Nasralla acusó al consejero Marlon Ochoa, del partido Libre, de dilatar los tiempos «por órdenes de Rixi Moncada (candidata presidencial)», lo que habría dejado al CNE sin margen de reacción.


