La carretera CA-13, que conecta La Ceiba-Tocoa-Puerto Castilla, se ha convertido en un verdadero calvario para conductores, empresarios y pobladores, ante el deterioro extremo que ha transformado el tramo en una vía casi intransitable. Los baches gigantes, el pavimento desgastado y los tramos inundados por el abandono han dejado vehículos destrozados, con llantas reventadas y suspensiones quebradas, y amenazan con paralizar el transporte de mercancías y el turismo en la región.
La Cámara de Comercio e Industrias de Atlántida denuncia pérdidas millonarias y advierte que, ante la indiferencia institucional, algunos pobladores incluso rellenan los baches por su cuenta para poder transitar. Los sectores más afectados incluyen Jutiapa, Tocoa, Trujillo y varios tramos del departamento de Colón, donde el peligro es aún mayor.
A pesar de la urgencia, las autoridades aún no han iniciado los trabajos de reparación, mientras la carretera de más de 174 kilómetros sigue cobrando víctimas en forma de vehículos dañados y retrasos que afectan la economía local. Expertos advierten que sin una intervención inmediata y duradera, la CA-13 seguirá siendo un obstáculo mortal para el desarrollo del norte del país, dejando a su paso pérdidas económicas, accidentes y un caos que amenaza a todos los que se atreven a recorrerla.


