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El humo que ha mostrado dos realidades opuestas en la ciudad de Tocoa

Tocoa. «Nosotros convivimos con el humo, ya no nos afecta», expresa con toda franqueza y tranquilidad, Francisco Javier Soriano, en medio de la protesta contra de estas nubes de contaminación que emanan del botadero municipal, donde este hombre ha convertido su hogar junto a otras 175 familias, radicadas en la ciudad de  Tocoa, en el departamento de Colón.
Hoy la carretera CA-13, hacia la ciudad de Trujillo y el desvío de Braulio hacia la margen izquierda, amanecieron tomados por familias que viven en las colonias que colindan con este basurero, debido a que ya no soportan la contaminación causadas por el manto de humo que en algunas partes del día se apodera de todo su espacio.
Este basurero, ya colapsado, en sus entrañas esconde fuego, que se despiertas cuando el Sol se enfurece. En los últimos días, el humo se está apareciendo como una tierna neblina, pero al inhalarlo,  esa  visible ternura se convierte en una pesadilla para las más de 180 familias que viven en la residencial Prado Verde.
Mientras ese humo incomoda a los residentes, al otro extremo, solo dividido por fincas de palma, está el asentamiento  que se ha tomado este sitio dedicado a la basura. «Nosotros aquí vivimos,  convivimos con el humo, ya no nos hace», cuenta Francisco Soriano, quien lleva 12 años dependiendo de estos desechos.
«Nosotros no le prendemos fuego al basurero, al contrario, somos los que lo estamos apagando constantemente», se defiende ante las acusaciones que le han hecho a su grupo de ser los responsables de prenderle fuego a este lugar.
«Con barriles salimos a traer agua a los criques que están cerca. Hemos ido a las autoridades y lo que recibimos es discriminación», lamenta Soriano, mientras acomoda su machete sin vaina, que lo hace ver como un hombre de campo.
«El fuego ahí está enterrado», afirma, pero sin asombrarse, pues dice que no se saldrán de ese sitio, «porque ahí hemos vivido, no tenemos a donde ir», justifica, la invasión de este basurero que en los últimos años se ha convertido en un problema social y ambiental para la ciudad.
La posición de don Francisco, es las misma de Dosmith Castro, solo que en extremos distintos. «Nos nos vamos a mover de aquí. La toma de la carretera es indefinida, hasta que las autoridades nos apaguen ese fuego», desafío el también galeno, que lidera esta protesta.
«Ese botadero municipal lleva años, la ciudad ha crecido y no se le ha dado el tratamiento adecuado a los desechos sólidos, de tal manera que  ahí se ha acumulado la basura de años», expresó Castro.
La acumulacion de gases y otros desechos inflamables, mas los vidrios son un combinación que ayudan a la propagación del fuego en este botadero. También no se escapa la mano del Hombre.
Y así Tocoa se encuentra sumida en un caos, sin salida hacia el oriente, mientras centenares de pasajeros y viajeros han tenido que cargar sus maletas  y caminar para continuar su destino de un lado a otro, Por suerte el humo se escondió este día en que el mundo conmemora el Día de la Tierra.

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