Olanchito [] Sus manos hicieron tanto bien a muchos desde que llegó a Bálsamo Oriental, en 1986. Ese anciano de 77 años, que con su eterna sonrisa y técnica de sobar, sanó a incontables fracturados y empachados. Hoy se fue para siempre.
Don Martín Orellana, dejó un gran legado en todas estas comunidades que están alrededor de Bálsamo Oriental, en el municipio de Olanchito, en el departamento de Yoro.
Su humilde casa fue el consultorio donde atendía a sus pacientes, muchos llegaban fracturados, otros empechados y algunos para quitarse las dolencias en sus cuerpos. Su manos tenían esa especialidad de sanar. Nadie pagaba más de 50 lempiras.
Su oficio de sobador lo hizo tan popular en este corredor, que muchos lo llevaban y traían a las casas de los enfermos que no podían llegar a su vivienda.
Don Martín, falleció este miércoles en su casa de habitación, una enfermedad que sus manos no podían curar, se lo llevó para siempre.
Una comunidad hoy llora al que por décadas mantuvo vivo uno de los oficios ancentrales de la medicina tradicional.
