La Ceiba. Muchos ríos no están llegando al mar, apenas sus corrientes logran salir de donde nacen. Se pierden donde termina el bosque.
Esta es una realidad palpable en el litoral atlántico de Honduras, y basta recorrer la carretera CA-13, para encontrarse con estas venas, que un día fueron de abundancia agua, y hoy no son más que veredas de piedra y arena.

Hay una urgente necesidad por rescatar estos afluente, la mayoría dominados por las concesiones no metálicas.
«Hemos llegado a un punto donde las autoridades deben actuar, pues la situación es crítica cuando ya los ríos apenas llegan a la carretera CA-13», lamentó Lanier Reyes, director ejecutivo del Parque Nacional Nombre de Dios.
En toda esta destrucción la habido un desimulo de las instituciones del Estado, así como los entes locales, como en el caso del río Bonito, que divide a los municipios de La Ceiba y El Porvenir, en el departamento de Atlántida.
«Aquí no se ha cumplido la ley, las concesioned han hecho de las suyas, y como no hay vigilancia extraen material sin ningún control», recalcó el ambientalista.
Debido a esa sobre explotación, los habitantes de las colonias Primero de Mayo y Armenia y Rodas Alvarado en La Ceiba; así como López Bonito y otras en El Porvenir, han iniciado un movimiento por rescatar este río.

Los vecinos temen en el corto tiempo que con las lluvias qué se han anunciado el río traiga crecidas violentas se desborde hacia estos poblados.
No solo la explotacion irracional de los recursos pétreos están afectando a los ríos, también la masiva deforestacion está reduciendo sus caudales.