La Ceiba [] Un privado de libertad tuvo que despedir a su madre fallecida, en la cárcel donde él purga una condena y a la que ella en vida siempre lo visitó.
La inusual historia fue en la granja penal de El Porvenir, en el departamento de Atlántida. En las afueras de este recinto Edgar Gonzáles, tuvo que despedir a su progenitora Thelma Janet Gutiérrez, cuyo cuerpo fue llevado en un ataúd a bordo de una camioneta, ya que las autoridades penitenciarias no le permitieron ir a su el velorio.
Todos los días de visita, ella llegaba a ver a su hijo, pero en la mañana de este martes, su encuentro no era el más especial; fue el más dolorosa para este privado de libertad que lleva seis años cumpliendo una pena.
La escena fue desgarradora, en una vela improvisada y con apenas una hermana y otro pariente, todos lloraron a la mujer.
Edgar, tuvo la oportunidad de ver el rostro inerte de su mamá dentro del cajón de madera, que estaba acomodado en la camioneta color vino. Mientras agentes penitenciarios lo vigilaban.
Un secreto se fue a la tumba, solo suspiros de dolor salían de aquel improvisado velorio. «Mi alegría es que mi ella está con Dios» dijo resignado González, quien dentro de seis meses quedará en libertad.
«Es muy triste, pero Dios tiene el control, Él sabe porqué hace las cosas», dijo con voz firme, ante aquel momento donde se respiraba tristezay dolor.
La madre del privado de libertad vivía en La Ceiba y siempre iba a esta prisión alejada a los pies de la montaña de Pico Bonito.